Misoginia en serie

"Look, Skyler, I just haven’t quite been myself lately. I haven’t been myself lately, but I love you. Nothing about that has changed, and nothing ever will. So right now, what I need is for you to climb down out of my ass. Can you do that? Will you do that for me, honey? Will you please, just once, get off my ass. You know, I’d appreciate it. I really would.” – Walter White. 
Este monólogo, traducido, vendría a decir lo siguiente:

     "Mira, Skyler, últimamente no he sido el mismo. No he sido yo mismo últimamente, pero te quiero. Sobre eso nada ha cambiado, y nada lo hará. Así que, ahora mismo, lo que necesito es que me dejes en paz. ¿Puedes hacer eso? ¿Harás eso por mi, cariño? ¿Harás eso, aunque sea una vez, dejarme en paz? ¿Sabes? Te lo agradecería. De veras que lo haría" - Walter White.

     No pretendo encontrar alguien tan friky como para recordar esa escena en particular, pero espero que a estas alturas a todo el mundo le suene del autor de la cita. Pero vaya, como siempre hay algún despistado, os diré que Walter White es el personaje maestro que Vince Gilligan creó para la que, personalmente, concibo como la mejor serie de TV de todos los tiempos: Breaking Bad.

Best TV Series ever!
Best TV Series ever!

     Los que todavía no hayan terminado de (o empezado a) ver la serie, pueden estar tranquilos; No voy a hacer 'spoiler' de nada, sobre todo de la última temporada. Nunca soporté a las personas que, gratuita y voluntariamente, te joden una serie. Ni siquiera un capítulo, ni una escena. Tan sólo usaré un par de frases para alimentar este post (una de ellas ya lo encabeza).

     Comencemos desde el principio, a modo de resumen: Un brillante químico al que la fortuna no le ha acompañado mucho últimamente, quién está malgastando su vida profesional dando clases en un instituto y que difícilmente llega a fin de mes, se ve obligado a echar horas en un lavado de coches. Allí debe aguantar estoico los constantes maltratos de su jefe rumano.

Walter está casado, tiene un hijo adolescente con parálisis cerebral y una segunda hija en camino.

Un día cualquiera a Walter le diagnostican un cáncer terminal de pulmón, casi nada. Su vida entonces da un giro de 180 grados. Entonces decide que debe generar riqueza rápidamente para no dejar a su familia sin un duro tras su muerte, por lo que se alía con un antiguo alumno yonqui para 'cocinar' metanfetamina (cristal) juntos.

   Esta trama, que daría fácilmente para un par de temporadas de cualquier serie española, en Breaking Bad ocupa únicamente el episodio piloto, algo menos de una hora.

   Continuando la trama nos daremos cuenta de que, el Walter modosito que todos conocían hasta ahora, poco a poco se irá convirtiendo en un personaje más y más oscuro. Un tipo que se va endureciendo como una roca en cada nueva página del guión. Del inofensivo profesor de instituto que nunca ha matado una mosca hasta el peligroso psicópata en que finalmente se convertirá, el personaje de Walter White evoluciona de una manera que, al menos en mi humilde opinión, nunca se había visto antes. Pero su personaje, siendo todo lo cabrón que es, cae bien. La gente incluso es capaz de identificarse con él y sufrir con sus miserias.

     No le ocurre lo mismo a la pobre Anna Gunn con su personaje en la serie, Skyler White. Y eso que debería tener toda la comprensión del respetable: Amantísima esposa de un señor que no hace más que darle disgustos, buena contable, estupenda ama de casa, inteligente, con una sonrisa encantadora, personalidad arrolladora y que destila una exuberante sensualidad (al menos en las primeras temporadas)...

MILF!
Ay omá!

     Pero qué quieren que les diga. Skyler me parece una auténtica hija de puta. Una tocapelotas sin igual. ¿Qué probablemente lleve razón la mayor parte de las veces? De acuerdo, pero ¡qué tipa tan odiosa! Qué manera tan desagradable de llevar razón. No hace más que joder la marrana en cada frase que suelta por la boca. Si ustedes han visto la serie espero estén de acuerdo conmigo. Si no lo han visto ya me darán la razón, ya.

     En el momento en que Walter White cita la frase que encabeza este post ya estaba un poquito harto de su mujer. Y eso que la serie prácticamente acababa de empezar a rodar. Pero yo le entiendo perfectamente. Uno no puede ir de tipo duro, cocinando anfetaminas, enfrentándose a yonquis del cristal y a un cuñado de la D.E.A. (Drug Enforcement Agency) y aguantar a la plasta de tu mujer con sus rollos de maruja sabelotodo: "Que no compres Ariel, que es muy caro. Compra el de Hacendado".

     Aquí el vídeo con un extracto de la escena del comienzo. Goce el respetable del discurso de Walter sin la voz adulterada por su lamentable doblaje:


     Jeje, aquí estaba el amigo White un poco hasta las pelotas ya. Pero claro, que una cosa es que el personaje Skyler White sea odioso, y otra que la actirz Anna Gunn tenga que lidiar con auténticos odiadores en la vida real:
"¿Puede alguien decirme dónde puedo encontrar a Anna Gunn para matarla?" 
     Hombre, como bien aclara el artículo del New York Times, Anna Gunn es una actriz. Y muy buena por cierto. Ganadora de un Emmy como mejor actriz de reparto por Breaking Bad en 2013, dejando con cara de bobas ese año nada menos que a las actrices de Downton Abbey, Juego de Tronos, The Good Wife, Homeland o Mad Men.

    Ahora viene la parte divertida; en cierto modo entiendo a los odiadores (del personaje, claro). En serio, pienso que l@s guionistas americanos se esfuerzan en que los seguidores de series acaben odiando a sus personajes femeninos. Será por uno u otro motivo, pero normalmente es porque le confieren a su personaje toda la carga de responsabilidad de la que carece el protagonista y por lo tanto se convierten en la corta-rollos/tocapelotas. Constantemente intentan fastidiar al personaje que es realmente carismático en la serie. Normalmente, además, se acaban cepillando a uno de sus mejores amigos.

    En todas las series que he visto últimamente he tenido esa sensación: Skyler White en Breaking Bad, Lory Grimes en The Walking Dead, Jessica Brody en Homeland (aunque Dana también apuntaba maneras), todas menos Rita en Dexter, Vivien Harmon en American Horror Story... ¿Casualidad? No lo creo.

      Una de las cosas buenas que tiene pasear por Madrid es que de vez en cuando te encuentras algún actor o director famoso. Normalmente no se me ocurre nada ingenioso que decirle, aparte de pedirle una foto juntos para el facebooks y de algunas obviedades del tipo: "Me gustaste mucho en tu última película (que la descargué del Torrent)" o "¡Enhorabuena por tu programa!".

     Eso sí, tengo clarírimo que si algún día me cruzase por la calle con Anna Gunn le diría: "Skyler, hija de puta."

No siempre soy una puta. Estoy bromenando, siempre lo soy
No siempre soy una puta. Estoy de coña, siempre lo soy

Palabra de Menda.