Ni un paso atrás

Jueves, 17 de Agosto de 2017. Esta fecha pasará a la Historia Negra de España. Cada año los periodistas nos recordarán esta triste efeméride. Pondrán vídeos de gente llorando junto a unas velas y unos ramos de flores tirados en el suelo. Todo amenizado con música de violín de fondo. Todo muy triste.

Esta vez no fue Nueva York, ni Madrid, ni París, Niza o Londres. Esta v deez le tocó a Barcelona. En medio de un nuevo pulso de los independentistas catalanes y en plena huelga del personal de seguridad del aeropuerto del Prat. Todo pasa a un segundo plano tras esta nueva bofetada terrorista en nuestra querida democracia.

Los terroristas ya no son lo que eran. Ya no se molestan en urdir complejos planes de ataque, ni secuestrar vuelos y dirigirlos a puntos emblemáticos. Ni siquiera tienen que cargar con una pesada mochila en el tren... Una simple furgoneta de alquiler, conducida a toda velocidad calle abajo de La Rambla, una de las zonas peatonales más transitadas de la ciudad condal. Y pobre al que le pilló.

Nosotros tampoco lo deberíamos ser. Ya es hora de despertar. Ya es hora de decir: "¡Basta!" y pegar un puñetazo en la mesa. Ya está bien.

Nos hemos cansado de portarnos como buenos cristianos. Ya no queremos poner el otro lado de la cara para que nos lo sigan partiendo. No queremos derramar ni una lágrima más. Si tengo que elegir entre mi familia y la suya, que lloren ellos a sus muertos.

No nos importan sus motivos. No los entendemos ni mucho menos compartimos, pero la solución no es mirar al suelo mientras negamos con la cabeza, incrédulos de lo que nos acaba de pasar. Ser sumisos ya no es una opción.

Tenemos que perseguirles. Acorrararles. Que noten nuestro aliento detrás de la nuca. Que sepan que no vamos a cejar en nuestro empeño y que no van a acabar con nosotros.

No tenemos miedo. Porque es lo que pretenden con estos ataques, pero no lo van a conseguir. No nos vais a achantar. Hasta aquí hemos llegado. No he compartido imágenes de la masacre en las redes sociales ni cambiado mi foto de perfil por una con la bandera de España y un crespón negro. No queremos usarel hashtag "Pray4Barcelona". Rezar hasta ahora no nos ha ayudado. Cambiemos el rosario por el puño cerrado.

Y es que estamos hartos. Hartos de que los políticos de turno vayan al lugar de la tragedia con un traje de falso luto. No queremos que vayan a hacerse la foto. Queremos que legislen. Qué endurezcan las penas y creen leyes que nos faciliten tenerlos bajo control para no llevarnos ni un disgusto más. Que ante la duda, lo paren. Ante la certeza, lo destruyan.
Queremos que dejen a un lado la hipocresía y se pongan a trabajar por y para el pueblo. Sin esperar a que se enfríen los cuerpos, que luego nos olvidamos y no queremos dejarlo que todo metido en un cajón pudriéndose de polvo.

Porque el que parece ser autor material de esta masacre, si no es porque ayer le llenaron de plomo, a sus 17 años, sería inimputable por nuestra Justicia. La misma que se supone que vela por nuestros intereses.

Estamos hartos de la manipulación de los Medios. Que sí, que musulmán no significa terrorista islamista, pero no nos toméis el pelo, que no cuela. Puede que seamos tontos, pero no tanto...

Bots de twitter



La única noticia que ha conseguido aportar algo de esperanza hoy ha sido que un Mosso se ha cargado a 4 de estos mal nacidos tras saltarse un control.

No despistemos a los buenos. Los que nos defienden por vocación. Los que no deberían sufrir recortes año tras año. Los que deberían tener todo el material que necesitasen a su alcance. Ser reconocidos y agradecidos públicamente. Que cada vez sean más. Que puedan ir orgullosos por la calle diciendo a lo que se dedican, sin necesidad de decir que son "funcionarios públicos". Los que salen corriendo directos a la amenaza cuando tú huyes del lugar presa del pánico. La gente en quién confiamos.

Da igual que fuera Mosso, Militar, Policía o Guardia Civil. Son los que van a impedir otro jueves, 17 de Agosto de 2017.

No queremos volver a ser víctimas. Queremos ser los supervivientes.


Palabra de Menda.