Animales de costumbres

     Si tuviéramos que buscar un puñado de frases para salir bien parado de casi cualquier situación, éstas bien podrían ser:
- "Yo no he sido", o su variante "Estaba así cuando llegué" -Bart Simposon dixit.
- "A mi no me consta" -María Dolores de Cospedal dixit.
-  "Siempre lo he hecho".
     Siempre lo he hecho. Simple, conciso, escueto y efectivo.

     Lo mismo justifica que nos olvidemos de bajar la tapa del váter cuando salimos del baño o que dejemos encendidas las luces de una habitación porque lo más probable es que pronto volvamos a entrar (¿?)

     Y, otra cosa no tendremos (que sí que tenemos) pero, costumbres, tela.

     Para ser sinceros, costumbres, lo que se llaman costumbres tienen los ricos, porque los mataos lo que tenemos son manías.


     Puede tratarse de algo de lo más inocuo, como:
  1. Mojar el cepillo de dientes antes de echar la pasta o humedecerlo después de echarla.
  2. Afeitarse con el grifo abierto.
  3. No lavarse los dientes ni afeitarse.
  4. Poner el rollo de papel del váter hacia la pared o hacia fuera.
  5. Reponerlo. Anda que no se agudiza el ingenio cuando está a punto de acabarse! Yo aquí me declaro oficialmente Cinturón Negro...
Zas! En toda la boca!
Kia!!!!


     Pero atención (Achtung, que diría la mujer más odiada por Griegos, Portugueses, Españoles...) que también las hay del tipo que se podrían considerar cansinas o incluso peligrosas:
  1. Comprobar que hemos cerrado UNA A UNA las puertas de nuestro coche, que tiene cierre centralizado de serie.
  2. Encender y apagar las luces de una habitación varias veces al entrar o salir. Ojito con ésto. Si le coges el gusto, con suerte acabas con un TOC, y con mala suerte dando ideas para que Amenábar dirija otra película.
  3. Coleccionar cosas. Se empieza con unos muñequitos de tus series preferidas y se acaba acumulando basura y gadgets en todas las habitaciones de la casa, cual Diógenes...

     Y es que, ciertamente, hay costumbres que pueden molestar un poco a los demás.
Molesta un poco, la verdad...



     Hay gente que tiene un revistero para echar el rato en el váter. Supongo que se pusieron de moda cuando no había Smartphones con los que perder el tiempo (por lo que tengo entendido, elJueves es de las publicaciones preferidas para esos ratos a solas).

     Yo por las mañanas actualizo mi Twitter antes incluso de lavarme la cara, no vaya a ser que de madrugada se haya dicho/hecho alguna tontería tan interesante que no me la deba perder para comentar en el desayuno.

     No es mi única manía en el W.C. Siempre le echo un vistazo a lo que dejo en la taza. Por raro que parezca, no me sorprende lo que encuentro. Pero no os creáis especiales. De vuestro ano, al igual que del mio, tampoco salen  obras de arte.  Mira que siento abriros los ojos. Pero oye, mejor yo que uno de la calle.

     No sé por qué, además, antes de irme, me vuelvo a mirar (será por darle el último adiós). Tampoco sé por qué a veces lo fotografío.

     Será que "Siempre lo he hecho" o será culpa de Instagram y que incluso un truño con un buen filtro parece bonito.

     Adjunto os envío una de mis últimas obras de arte:



Palabra de Menda "em Palma do".
(si es que, vaya tela...)


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